domingo, 22 de mayo de 2011

kikapues

Kikapúes

lugar está Los kikapúes se llaman a sí mismos kikaapoa, que significa "los que andan por la tierra". Algunos autores lo derivan de ki wika pa wa: "el que está alrededor" o "el que se mueve, aquí o allá".

Los kikapúes viven en el lugar conocido como El Nacimiento de los Kikapúes, ubicado en el municipio de Melchor Múzquiz, Coahuila. Este municipio colinda al norte con el municipio de Acuña; al sur con Buenaventura y Progreso; al oriente con Zaragoza, San Juan Sabinas y Sabinas, y al occidente con Ocampo.

A tres horas de Saltillo, si se viaja en automóvil, y a 130 km aproximadamente de la frontera con Estados Unidos, se localiza la zona llamada El Nacimiento, en el valle de Santa Rosa, formando parte de la cuenca hidrográfica del río Sabinas. En estos terrenos de unas 7 mil hectáreas, los indios kikapúes han luchado celosamente por preservar sus antiguas tradiciones y costumbres durante más de un siglo, con la determinación de mantener su identidad a toda costa.

La lengua kikapú pertenece a la familia algonkiniana, originaria de las tribus que habitan en el actual territorio de Estados Unidos, y la hablan todos los miembros de esta comunidad. Dicha lengua es de uso exclusivo para comunicarse entre ellos y consideran que no pueden dejar de hablarla porque Kitzihaiata (Dios) se las enseñó. La mayoría de ellos conoce el español y el inglés; no obstante, el español que hablan es deficiente ya que ninguno de ellos ha recibido instrucción.

Se abastecen del agua de los nacimientos del río Sabinas; para el consumo humano la acarrean directamente de ahí, en tanto que para el uso doméstico y para riego es transportada por un canal que corre a lo largo de la colonia en sus dos partes.
También utilizan gas licuado, el cual es transportado en vehículos particulares desde la cabecera municipal o desde Nueva Rosita y Palau. Varias familias kikapúes obtienen la energía eléctrica de plantas de gasolina; ésta se utiliza para el funcionamiento de los televisores y la iluminación de viviendas. Asimismo, utilizan lámparas de gas. Para obtener servicio telefónico, telégrafo o correo, se trasladan a Múzquiz o directamente a Eagle Pass en Estados Unidos de Norteamérica.
En El Nacimiento no existe ningún tipo de instalación sanitaria, pero reciben atención de profesionales médicos en la cabecera municipal. La leña es el principal combustible; por tradición, en cada casa de invierno o de verano el fuego sagrado, símbolo de Dios o Kitzahiata, debe conservarse durante todo el año.
Al disminuir la fauna de la región se vieron obligados a desarrollar actividades agrícolas; es decir, a cultivar pequeñas parcelas con maíz, frijol y calabaza.
Sus ingresos se complementan con el trueque de pieles por alimentos; con el comercio de trigo, avena, maíz, frijol y calabazas, cuando las lluvias han sido abundantes y permiten la irrigación; la venta de chile piquín que las mujeres y los niños cosechan durante el otoño, o bien con el comercio de artesanías. De esta manera, la economía de los kikapúes es superior a la de muchos grupos indígenas nacionales.

La ganadería de bovinos es ahora fuente de ingreso importante para ellos. Las artesanías proporcionan algunos ingresos extras. La mayoría de los kikapúes que hablan inglés y español viajan a los Estados Unidos como trabajadores migratorios. Pasan medio año en el país del Norte, siendo esto la base de su economía.
Nadie puede comer en el lado oeste de la casa, ya que ese destinado a los espíritus. Tampoco está permitido cepillarse el cabello, cortarse las uñas o rasurarse dentro de la casa. Está prohibido brincar encima del fuego, pues existe la creencia de que las mujeres pueden sangrar hasta morir en su próxima menstruación. No se pueden realizar trabajos de madera y plata dentro de la casa, en particular los que pertenecen a juegos ceremoniales.
Su organización política gira en torno a un jefe o capitán, que asume a la vez el puesto de sumo sacerdote; esto significa que tiene poder civil y religioso. Entre las funciones que desempeña están las de dirigir las ceremonias, efectuar bautizos, vigilar el mantenimiento de las costumbres, intervenir en los problemas que se suscitan dentro de la comunidad y representarla ante las autoridades gubernamentales.

El capitán debe ser una persona de edad y experiencia, con amplio conocimiento de las prácticas religiosas y de una conducta irreprochable. En sus labores es auxiliado por cuatro consejeros, los cuales deben poseer las mismas características que él.

También figura un comisario ejidal, encargado de intervenir en los asuntos relativos a la tenencia de la tierra. Los crímenes mayores como asesinato y robo los maneja la autoridad de Múzquiz.

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